Elección de profesiones

A lo largo del mundo hay muchas personas que, cuando comienzan a trabajar, no tienen posibilidad de elección. En ciertos casos, solamente hay una ocupación a la que se puedan dedicar, pues es la única a su alcance. En otros, el desempleo supone que se trabaje en lo primero que aparezca.

Hay otras muchas personas, no obstante, que tienen en algún momento de su vida la posibilidad de tomar decisiones relevantes para la profesión a la que pueden dedicarse. A la hora de realizar tal elección se suelen centrar en sus intereses a corto y a largo plazo, lo que está a su alcance conseguir, las posibilidades económicas y sociales de diferentes alternativas, y otras circunstancias importantes, como su entorno familiar y sociales.

Esto pasa en distintos ámbitos. Es el caso de algunas personas que comienzan a trabajar a edades jóvenes. Pero también es el de, por ejemplo, los estudiantes universitarios deciden en qué carrera matricularse. Muchas veces, lo único que consideran quienes están en esta situación son sus intereses académicos y sus oportunidades laborales. Sin embargo, cada vez más gente toma esta clase de decisiones tomando en consideración su impacto a la hora de hacer que el mundo sea un lugar mejor. Hay distintas formas en las que la elección de nuestra carrera o profesión puede influir positivamente en una causa, dependiendo de cuál sea nuestra situación, aptitudes, intereses y formación.

Tomarse esta cuestión en serio puede ser una forma de marcar una diferencia para poder ayudar a quienes no tuvieron la suerte de poder hacer tal elección.

Combinando nuestros intereses con la búsqueda de la mejor situación

Existe la idea de que aquello en lo que deberíamos de trabajar es aquello por lo que verdaderamente sentimos una pasión más profunda. El supuesto de partida para defender esto es que entonces nuestro trabajo lo realizaremos mejor, pues por lo común aquello que nos apasiona es aquello donde destacamos más. Esto tiene perfecto sentido, y apunta algo que es muy cierto. Es importante que aquello que vayamos a cero lo hagamos con muchas ganas, pues así tendremos el mayor éxito en ello.

No obstante, podría ser que aquello por lo que sentimos una pasión mayor no sea algo verdaderamente eficiente a la hora de conseguir un cambio para mejor. Esto es algo que hemos de considerar muy seriamente. Hemos de pensar sobre esto que ciertas actividades pueden tener un impacto o no un poco mayor si no varios órdenes de magnitud mayor que otros, en función de la importancia de la causa a la que puedan afectar positivamente y de nuestra capacidad de influir en ella en una posición u otra.

Por supuesto, hay algo más a añadir, que es que aquello que más nos gusta es aquello que haga que nuestra vida sea más feliz. Esto es valioso por sí mismo, pero además puede hacer que nuestro impacto global sea mayor. Por ello es otro factor a tener en cuenta. No obstante, como hemos visto arriba, tampoco tiene porque ser una consideración que triunfe sobre otras.

Puede haber distintas actividades que nos parezcan interesantes, y, entre ellas, que haya una que destaque en particular en lo que respecta a lo atractiva que nos parecen para nuestro futuro profesional. Pero puede suceder que alguna de las otras actividades, aunque no sea tan apasionante como ésta última, nos interese bastante, y coincidir que además sea la que tiene un futuro más prometedor en términos de conseguir el sufrimiento existente en el mundo. Siendo esto así, parece que tendríamos razones de mucho peso para optar por esta última alternativa.

Dejando posibilidades abiertas para el futuro

Por último, otra consideración importante a tener en cuenta aquí puede ser la que surge cuando no tenemos nada claro todavía en que ámbito podemos tener el mejor impacto. Esto puede suceder sobre todo al inicio de nuestra carrera, o cuando no tenemos claro que estudiar. En casos así, puede ser más útil no apresurarnos a tomar una decisión concreta, y en cambio optar por formarnos más, con lo que nos prepararemos mejor para tomar la decisión más adelante. Podemos optar, por ejemplo, porque estudiar aquello que consideramos que nos permite abordar un rango más amplio de posibilidades para tener un buen impacto en el futuro.

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