Sobre enfermedades humanas y sufrimiento

Las enfermedades constituyen una de las principales causas de muerte y de sufrimiento crónico entre los seres humanos. A la suma de mortalidad y morbilidad se la denomina “la carga de la enfermedad”. El 60% proviene de enfermedades no transmisibles, el 28% de enfermedades transmisibles, y el 10% de lesiones, como las provocadas por accidentes de tráfico y violencia.

Las enfermedades no transmisibles pueden ser enfermedades del corazón, derrames cerebrales, cáncer, diabetes y enfermedades pulmonares. Dentro de estas, las cardiovasculares constituyen la mayor carga. Sus causas son tan diversas como el tabaquismo, la diabetes o la mala nutrición, por lo que se estima que un 90% de estas enfermedades pueden ser prevenidas.

El cáncer constituye casi el 10% de la carga de enfermedades no transmisibles. La mayoría de los cánceres se deben a factores externos como el uso de tabaco, mala nutrición, excesivo uso de alcohol, polución, radiación, químicos. El tratamiento de cáncer se realiza vía cirugía, quimioterapia, radiación o una combinación. En muchos casos, el tratamiento mismo, al ser tan agresivo, puede llevar a la muerte. Además, el sufrimiento no es sólo para los pacientes sino también para sus cuidadores.

Las enfermedades transmisibles pueden ser maternas, neonatales y nutricionales. Estas comprenden enfermedades infecciosas como el ébola, el VIH o la tuberculosis. En este grupo también se encuentran las enfermedades respiratorias, como la COVID, la neumonía o la gripe, así como las enfermedades diarreicas, como el cólera y el tifus. Otras enfermedades infecciosas son la hepatitis, la malaria, el dengue, el tétano y la sífilis. También se incluyen aquí los cánceres provocados por infecciones tales como la hepatitis B y C, el cáncer de útero, el cáncer de estómago o los derivados del VIH. Las enfermedades parasitarias comprometen crónicamente la salud de millones de personas, como sucede, por ejemplo, con la malaria, que causa un gran número de muertes principalmente en África.

Estas enfermedades pueden ser prevenidas o tratadas a tiempo a través de acciones de salud pública, pero en muchas regiones del mundo siguen siendo causa de muerte y sufrimiento crónico debido a las desigualdades presentes entre los países ricos y los países pobres: el 97% de las muertes debido a enfermedades infeccionas se dan en los países en desarrollo.

Por su parte, el dolor crónico afecta al menos al 10% de los seres humanos a nivel mundial. Si bien puede ser una manifestación o resultado de una enfermedad o lesión, en muchos casos no se puede diagnosticar una patología específica. También hay que tener en cuenta que muchas veces hay diagnósticos equivocados, lo que lleva a malos tratamientos y a la persistencia y agravamiento del problema. En muchos casos, los profesionales de la salud no saben cómo manejarlo o no lo consideran de mayor importancia; en ocasiones se le dice al paciente que el dolor es mental o somático, y no físico, para no intentar un manejo efectivo. El dolor crónico es la mayor causa de discapacidad a nivel mundial, y está en aumento. El dolor lleva a su vez a sufrimiento por ansiedad, miedo, depresión y aislamiento.

Al igual que con las enfermedades, tanto sus factores de riesgo como las opciones de tratamiento se manifiestan de manera desigual entre los países ricos y pobres.